viernes, 23 de julio de 2010

LA CONEXIÓN ENTRE FONTANARROSA Y EL DIRECTOR DEL INSTITUTO CULTURAL

A medida que pasan las horas y nos enteramos de los detalles de la patética situación que involucra el Director del Instituto Cultural, licenciado Federico Weyland, en relación a la toma clandestina de agua detectada en su domicilio particular, creo advertir cada vez con mayor claridad una conexión entre este asunto y algunas de las enseñanzas que nos dejó el inolvidable humorista rosarino Roberto Fontanarrosa.
Muchos recordamos y valoramos la precisa exposición que sobre el uso de determinadas “malas palabras”, este genial dibujante realizó durante la realización del Congreso de Lengua Española celebrado en su ciudad natal.
Hay circunstancias en las que no se puede decir que se intenta tomar por “distraído”, menos por “ignorante” o por “lego”, si no que no cabe vocablo más atinado por su sonoridad y connotación que la palabra “pelotudo”.
Sinceramente, me parece que a los bahienses se nos pretende tomar como tales a la hora de intentar brindársenos explicaciones sobre todo este papelón.
Antes de seguir quiero dejar en claro que la intención de esta carta no es propiciar la ida del funcionario ni mucho menos.
Más allá de que tenga mi opinión formada al respecto y considere que no puede durar un minuto más en su cargo, siento que puede haber algo mucho más productivo en este caso.
Me refiero a su caudal –valga el juego de palabras, tratándose de alguien que durante dos años se birló miles y miles de litros de agua sin pagar un peso—didáctico para ayudarnos a abrir los ojos y a partir de él, razonar con argumentos sólidos para evitar que nos sigan tomando por pelotudos.
A partir de la escasez de agua, como a todos, me tocó, por caso, asistir a situaciones enojosas suscitadas entre un vecino que regaba una maceta y otro que le reprochaba su “irresponsabilidad” como consecuencia de la “conciencia” generada por la campaña propagandística montada por el municipio para hacernos sentir que quien llenaba una “Pelopincho” es poco menos que un asesino serial…
¿Me pregunto de qué sirvieron todos esas decenas de miles de pesos, gestionadas siempre por la misma empresa de publicidad con nombre de galletita, al enterarnos ahora que quien debería haber predicado con el ejemplo, tal vez más que nadie, hizo todo lo contrario a lo que correspondía y robó el agua de todos durante dos años?
Y, perdonen el léxico, pero no encuentro expresión más atinada: siento que nos quieren tomar por “pelotudos”.
Que quieren mofarse y aprovecharse de que las personas están ocupadas en otros asuntos para hacerles creer cosas que no son ciertas y de paso, sacar tajada del negocio de manejar los asuntos públicos…
No sólo es inevitable sin que también útil que sea autorreferencial y aquello que sostengo cuando advierto que lo que me hicieron a mí cuando fui intendente, en realidad nos lo hicieron a todos los bahienses, se torna cada vez más evidente con pruebas como estas.
A veces quieren hacer parecer como diferentes, cosas que son muy similares y en esa diferencia se construye una complejidad tras la cual se procura ocultar certezas incontrastables para el sentido común.
Para sacarme de la intendencia, se montó un operativo que conjugó primero escuchas telefónicas obtenidas ilegalmente, luego 14 allanamientos simultáneos por parte de personal judicial y finalmente un cruel y abusivo operativo de prensa que incluyó la reiterada difusión de las grabaciones de conversaciones privadas, hasta al punto de hacerle creer a la ciudadanía que la causa de todos los males de la ciudad estaban guardadas en los cajones de mi escritorio.
Encontraron que se podían haber prestado dos celulares a personas de mi máxima confianza y que se le cedió un automóvil a un intendente colega en apuros y con eso se me destituyó del cargo para el que se me había votado.
Me pregunto que hubiera sucedido si en aquellos días encontraban que durante dos años yo robaba agua en mi casa…
Creo que desde que se le secaron los malvones a la última vecina de mi querida Villa Moresino hasta del vaciamiento del lago de Paso Pierdas me hubieran responsabilizado sin piedad.
Y sin embargo ahora… ¿qué pasa con el funcionario de máxima confianza del intendente a quien se le comprobó semejante delito?
Lo que pase no depende tanto de la bronca que estas injusticias puedan producirnos a la gente común como de los límites de la vergüenza de quienes asumen responsabilidades públicas.
Lo que sí es nuestra obligación insoslayable es no tragarnos las cortinas de humo ni las mentiras consentidas de los reportajes arreglados de antemano para restarle gravedad a la situación para, de esa manera, con todo respeto por nosotros mismos, evitar que nos sigan tomando por pelotudos…
Como cuando nos mostraron fotos como si el intendente Brentenstein estuviera en Bahía Blanca, cuando en realidad estaba en Alemania, por 10 días y casualmente, acompañado por Federico Weyland.
¿Habrán ido a averiguar como se hace un trámite para conseguir un medidor de agua, porque nunca explicaron a qué fueron?
Como cuando nos dijeron que íbamos a tener el mejor sistema de transporte del país y nos pasamos una hora esperando para ir a la escuela o al trabajo…
Como cuando nos aseguran que no hay forma de sostener un boleto estudiantil a 10 centavos, pero se pagan vuelos privados para que unos pocos puedan viajar cómodos a Buenos Aires a hacer negocios particulares.
Como cuando nos prometieron un aeropuerto nuevo y en realidad hay una obra a medio terminar, pero ya pagada por completo a los amigos del poder… y un aeropuerto que tiene cada día que pasa menos vuelos…
Como cuando hacen estratagemas para no rendir cuentas en el Concejo Deliberante para que, justamente, funcionarios como Weyland deban explicar porque figura como proveedores del municipio que integran y para qué cobran 300 mil pesos y repartirlos a discreción sin control alguno…
Como cuando intentan que los vecinos paguen obras que bien podría pagar la intendencia si estuviese bien administrada…
Como cuando nos venden como gran logro una terminal de ómnibus que costó más del doble y es la mitad de la que se podría haber construido…
Como cuando nos dicen que están identificados con el gobierno nacional sólo para seguir recibiendo los aportes que les permita solventar la fiesta, pero en realidad conspiran contra él y jamás dicen una palabra en su defensa, para no molestar a un establishment económico al que le rinden vergonzosa pleitesía con cada acto.
Espero con estas líneas haber contribuido a que cada bahiense que las lea pueda, a partir de ellas, elaborar su propio criterio o dicho de otra manera, arreglárselas para “no seguir siendo tomado por pelotudo”.
A fin de cuentas, a todos nos cabe la posibilidad de sentirnos así, sobre todo si quien parece ser la mano derecha del intendente municipal en muchos asuntos, en medio de una crisis hídrica sin precedentes nos roba agua a todos durante dos años y encima nos quiere hacer creer que no por culpa de él y no hay ningún fiscal o policía presto a iniciar una investigación hasta las últimas consecuencias para aclarar el hecho.
Siempre presente, Un abrazo grande a mis vecinos.

RODOLFO LOPES